Turquía continúa defendiendo su “patria azul”
La patria azul es un concepto para definir los 430.000 kilómetros cuadrados de aguas territoriales, la zona económica exclusiva y la placa continental sobre la que Turquía puede ejercer soberanía total o parcial, según el derecho internacional.
La declaración de la cumbre europea del pasado 1-2 de octubre abre la puerta al diálogo con Turquía por una parte y, por otra, la amenaza con sanciones si no desiste de sus actividades “ilegales” en el Mediterráneo oriental. Así mismo, en la declaración, la Unión Europea (UE) reitera su apoyo a Grecia y la Administración Griega del Sur de Chipre (GKRY), así como a la iniciativa del presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, de convocar una conferencia internacional para resolver la crisis sobre el Mediterráneo oriental y otros asuntos pendientes entre la UE y Turquía.
La “patria azul”
Se trata de un concepto utilizado para referirse a los 430.000 kilómetros cuadrados que constituyen las aguas territoriales (12 millas náuticas, 22,22 kilómetros), la zona económica exclusiva (ZEE) y la placa continental (200 millas náuticas, 370,4 kilómetros, ampliables a 350 millas náuticas, 648,2 kilómetros) en los mares Mediterráneo, Egeo, Mármara y Negro sobre la que Turquía puede ejercer su soberanía de manera total o parcial, según el derecho internacional, la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar (CONVEMAR) y la Corte Internacional de Justicia (CIJ).
Las actuales actividades de Turquía en el Mediterráneo se están llevando a cabo dentro de los límites del área de su placa continental. Así pues, es impensable que Turquía desista de sus derechos en esta zona del Mediterráneo. Los derechos de un Estado sobre su placa continental son ab initio (desde el principio) e ipso facto (en el acto). De esta manera, ningún otro Estado u organización internacional puede impedir o limitar este derecho. En este sentido, las exigencias de la UE suponen una intervención en los derechos soberanos de Turquía.
En cuanto a la ZEE, al contrario que la placa continental, esta debe ser delimitada y anunciada por el país ribereño para que entre en vigor. Esta delimitación marítima otorga al país ribereño el derecho a beneficiarse de los recursos vivos e inertes por debajo de sus aguas y puede extenderse hasta un máximo de 200 millas náuticas a partir de la orilla.
Turquía continúa defendiendo sus derechos en la placa continental que le corresponde en el Mediterráneo oriental y los derechos de los turcochipriotas sobre los recursos económicos que les corresponden alrededor de la isla de Chipre. Turquía intenta no escalar la tensión en la región, a la vez que aprovecha toda ocasión para reiterar su intención decisiva de proteger sus derechos legítimos.
En este respecto, Turquía anunció un aviso a navegantes (NAVTEX) al sur de la isla de Meis (Castelorizo), dentro de su placa continental, entre el 12 y el 22 de octubre de este año. El barco turco Oruc Reis llevará a cabo actividades de prospección sísmica en el área determinada por el NAVTEX. Todo esto demuestra que Turquía continuará luchando y protegiendo sus derechos dentro de los límites de la patria azul. Por otra parte, Turquía se esfuerza por no profundizar las disputas con la UE y prioriza el diálogo y la diplomacia.
Turquía no ha renunciado a su concepto de patria azul. Está dispuesta a defender sus derechos e intereses en el Mediterráneo oriental y el Egeo a través de la diplomacia, tanto en la mesa de las negociaciones como en el terreno.
*Irfan Kaya Ulger es el presidente del Departamento de Relaciones Internacionales de la Universidad de Kocaeli, con sede en Turquía.